Tras la Filosofía del Yoga y sus 8 ramas
Cuando nos aventuramos a estudiar la Filosofía Yoga es usual acudir a los textos tradicionales en donde se compilan los principios de esta antigua y profunda práctica espiritual. Evidentemente no se trata del Yoga como disciplina física únicamente. Se trata del Yoga como una ciencia omniabarcante y total. El practicante que empieza su recorrido se encuentra, en principio, con el hecho de que el Yoga proviene del legado milenario de la Tradición Védica. Así, ubica su investigación en la zona geográfica de la India, y es capaz de asombrarse ante enormes cantidades de imágenes de templos, rituales, peregrinaciones, colores, ofrendas, deidades, entre muchas más. Allí hay una fascinación especial, llamativa, pero se puede desviar la atención de lo esencial ante la proliferación de información. Esto se debe a que se puede caer en confusiones de tipo religioso si no se comprende el fundamento esencial de esta propuesta milenaria.
Lejos del funcionamiento jerárquico y a veces dogmático de las religiones organizadas predominantes hoy por hoy, el Yoga como conocimiento funciona a partir de una comprensión cabal del ser humano y su entorno. El sistema pránico, la red de nadis o canales sutiles y de chakras o centros energéticos de nuestro cuerpo etérico, y una cosmovisión amplia del universo le dan al Yoga, y en general a la Tradición Védica, un horizonte que comprende el funcionamiento de nosotros mismos y de la realidad a niveles incluso metafísicos. Este conocimiento está contenido en la Filosofía Samkhya, la cual se ubica como otra de las seis Darshanas védicas tradicionales y se define como el conocimiento revelado sobre la Creación, desde la estructura de la mente y los sentidos hasta los diferentes planos de la existencia. Gracias a esta comprensión es que el Yoga pudo proponer las formas de activación del ser humano para alcanzar su potencial mayor en términos de conciencia. En suma, podemos decir que el conocimiento védico que contiene al Yoga y el Samkhya propone una filosofía que parte de un entendimiento total sobre la dinámica del Alma y del Universo, y desde allí postula una metodología de trabajo interno o Sadhana (práctica espiritual) con el fin de alcanzar el propósito ulterior de la Realización del Ser.
La Filosofía Védica es amplia, fascinante y rica en contenidos, matices y profundidades. Lo que hacen los antiguos tratados yóguicos es exponer, algunas veces explícitamente y otras mediante metáforas e historias, las instrucciones para alcanzar la Unión. Sin embargo, ¿cómo es esto posible? ¿cuál es el método para alcanzar la Unión?
Yoga Sutras
Resulta extraño pensar en un método universal y auténticamente científico para alcanzar la trascendencia de la conciencia. Pero esta extrañeza tiene que ver sobre todo con nuestra cercanía a religiones que enseñaron visiones parcializadas e históricamente distorsionadas sobre el alcance de lo trascendente. Basta con comprender a fondo un tratado como lo pueden ser los Yoga Sutras, del Rishi Patanjali, para dar fe de que el proceso del Yoga está descrito a fin de que esa trascendencia esté al alcance de quien lo practica. Miles de Yoguis, Siddhas y Maestros han sido testigos de que el Yoga es un camino vivo hacia el Ser, y de que puede dar sus frutos si somos lo suficientemente valientes. Y pareciera que justamente en los Sutras de Patanjali están las claves de la metodología del Yoga como práctica, llevándonos desde nuestra conciencia ordinaria hasta el alcance trascendental del estado llamado Samadhi.
Los Yoga Sutras describen los diferentes momentos del sendero hacia la Unión y elaboran sobre cada uno de ellos. Se debe entender que para comprender un Shastra -una escritura- de tal magnitud un estudio riguroso debe tener lugar, además de mucha meditación y puesta en práctica del conocimiento que se adquiere. También se recomienda la guía de un Gurú en estado de conexión para saber guiar el proceso con exactitud y ajuste a los principios del Dharma, la Tradición que ha resguardado al Yoga por milenios. Habría mucho más por saber al respecto. Por ahora buscamos comprender el contexto a manera de abrebocas para las almas sedientas que se aventuren a ir más allá.
Maharishi Patanjali
Habiendo nacido aproximadamente entre el siglo II a.C y el siglo IV d.C, según los estudios actuales, se dice que Patanjali fue un Avatar, es decir, la encarnación de una forma divina conocida como Ananta Adi Sesha. Esta deidad es representada como la serpiente amada del Señor Vishnu, sobre quien según los Puranas este último descansa en un sueño cósmico e inconmensurable. Según cuenta la historia, Patanjali surgió de las manos de su madre, Gonika, quien oraba pidiendo a los Devas un hijo. Al abrir sus manos, ella vio una serpiente diminuta, quien saltó al agua y en cuestión de un corto tiempo se hizo humano. Era su hijo: el Rishi Patanjali, padre del Yoga y de su filosofía más profunda.
En vida Patanjali fue un prolífico escritor, además de un Yogui y meditador sin par. Redactó textos sobre medicina, gramática y yoga, en donde sus Yoga Sutras brillan por ser esa obra cumbre: una inigualable exposición de la doctrina del Raja Yoga o Yoga Real, de sus fundamentos y de la descripción del alcance espiritual que se puede propiciar con suficiente tenacidad y ahínco en la práctica. Si bien no fue el único Rishi que desarrolló el Yoga como conocimiento, su relevancia es indiscutible para comprender los fundamentos de esta hermosa ciencia.
Patanjali Yoga Shastra (la escritura del Yoga según Patanjali)
Los Yoga Sutras describen el Yoga en toda su extensión mediante el concepto de Ashtanga Yoga, las 8 “angas” o ramas de la Unión, partiendo desde las observancias a nivel de ética espiritual que se deben tener para que la práctica pueda dar fruto. Estos principios y abstenciones son conocidos como Yamas y Niyamas, habiendo 5 conceptos dentro de cada una de las categorías mencionadas, cada uno de ellos con una profundidad significativa e importante. Yama y Niyama son sucedidos por Asana, Pranayama y Pratyahara. Estos tres conceptos refieren a la postura física del cuerpo, la práctica de ejercicios de respiración consciente, y el aquietamiento de los sentidos para dar inicio al viaje interior de la meditación, respectivamente. En conjunto con Yama y Niyama, Asana, Pranayama y Pratyahara son considerados como el Yoga externo, pues son ejercicios que se realizan utilizando la fisiología y los diferentes órganos de acción de nuestro cuerpo. Esto, por supuesto, para dar inicio al Yoga interno mediante la práctica de los siguientes 3 conceptos del Ashtanga Yoga de Patanjali.
Después de las nociones mencionadas vienen los principios del Yoga interno: Dharana, Dhyana y Samadhi. Respectivamente estos últimos 3 conceptos se traducen como concentración, meditación profunda y unificación del Alma con el Ser, el estado final de la Iluminación. El Dharana, por su parte, sucede tras la maestría del Pratyahara. Es el sostenimiento de la atención en el objeto de contemplación durante la práctica introspectiva. Un Pratyahara conducido por suficiente tiempo conlleva a Dharana. Asimismo, Dhyana ocurre mediante la estabilización de Dharana. La concentración se consolida, y entonces con su profundidad cesan las oscilaciones de la mente y se llega a un silencio mental descrito como esa forma de aquietamiento interno, en donde no entran pensamientos ni pesares. Y por último, Samadhi refiere al logro final del sendero, la unificación del ser individual con el ser universal. Es la culminación de una experimentación completa de salida y retorno a la Fuente. Miles de vidas suceden en pos de ese alcance de conciencia, en donde los karmas se han disuelto y por ende el meditador accede a la experiencia transpersonal de contacto divino y definitivo.
Ahora bien, los Yoga Sutras de Patanjali igualmente describen muchos más aspectos. Podemos referir, solo por poner un ejemplo, que describen varios tipos de Samadhi en distintos niveles. También Patanjali aborda los siddhis, los dones o cualidades perfectas, que pueden alcanzar practicantes avanzados, aunque igual se sabe también que pueden llegar a ser un distractor del propósito final. Entre otros.
En suma, podemos afirmar que el estudio de este tratado es importante en la medida en que permite abrevar del conocimiento fundamental más importante dentro de la tradición del Yoga. Allí se explica el funcionamiento de la mente, en donde se comprenden mejor las fluctuaciones de la mente y sus aflicciones, los kleshas; la ignorancia, asmita; el ego, ahamkara, entre muchos otros conceptos que son de alta utilidad y sabiduría para quien se ha propuesto recorrer el sendero del Yoga con vehemencia y convicción.
Centro Latinoamericano de Estudios Védicos – Área de Filosofía Yoga y Hatha Yoga.
Hola, cómo estás? Me interesa tener más información sobre Patanjali y los sutras del mismo.
Gracias
¡Saludos Lara! Agradecemos tu interés, desde el CLEV brindamos información en diferentes áreas de Yoga, puedes visitar nuestro canal de YouTube donde encontrarás nuestras charlas disponibles.
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Hermosa información, práctico yoga hace muchos años y ahora hago un instructurado , me gustaría más información , los vedas maravillosa sabiduría milenaria, base del yoga, muchas gracias
¡Saludos Teresa! apreciamos tu interés, te hemos enviado más información a tu correo electrónico. Quedamos en contacto, muchas gracias!
Como seguir con mi enseñanza después de haber cursado las primeras 200 horas de yoga.
Quisiera encontrar la guía de un gurú para entender a profundidad mi camino al yoga.
¡Saludos Martha! Gracias por escribirnos. Desde el CLEV ofrecemos un curso de formación de 100 horas de Filosofía y Práctica de Hatha Yoga, puedes ver la información en el siguiente enlace: https://estudiosvedicosclevevd.org/yoga/
En relación a la valiosa guía del Gurú, nuestra Gurú es la Madre Shaktiananda, quién es la fundadora tanto de la Escuela Valores Divinos como del CLEV, y nos encontrarnos en el día previo a la Jornada de Iniciación, que se realizará este fin de semana. Puedes obtener más información en: https://shaktianandama.com/