“El odio nunca termina mediante el odio, sino solo mediante el Amor. 

Esa es la Ley Eterna (Sanatam Dharma)”

Buda Dhammapada.

Buda Jayanti

Las historias que narran la vida de Siddhartha Gautama, mejor conocido como el Buda, cuentan que alcanzó la Iluminación durante la luna llena (Purnima) conocida como Wesak, término proveniente del sánscrito Vaishaka, el nombre del mes lunar en donde se da este Purnima. Se dice que también nació y murió a la luz de esta misma fase lunar, la cual pasaría a la historia para ser celebrada por los siglos por venir. Anualmente, la luna llena del mes de mayo es una fecha en donde tiene lugar la festividad conocida como Buda Jayanti o el nacimiento del Buda. Su alumbramiento, su Iluminación y su muerte ocurrieron, según cuenta la tradición, en esta misma fecha hace aproximadamente 2,500 años.

La vida de Siddharta

Siddhartha nació como parte de la realeza en un reino de la antigua sociedad védica brahmánica. Su madre se llamaba Maya y su padre Suddhodhana. De joven vivió una vida de lujos y comodidades dada su pertenencia a las altas castas brahmines, pero un día, cuando descubrió el sufrimiento inherente a la condición humana, se retiró de su privilegiada familia para adentrarse en los bosques del norte de la India. Se dice que poco salía del palacio, y que en alguna ocasión fortuita fue su encuentro con un hombre viejo, con un hombre enfermo y con un cadáver lo que lo hizo despertar. Las realidades de la vejez, la enfermedad y la muerte le hicieron tomar la determinación de encontrar una salida al sufrimiento inherente a la vida humana.

El Buda Sakyamuni (otro de sus nombres) aprendió de las escrituras védicas. Se formó, según cuentan los registros históricos, con diferentes Maestros que le enseñaron diversas prácticas antiguas asociadas al Yoga. Fue un asiduo Tapasvi, es decir, un yogui que llevó al extremo el ayuno y otras prácticas ascéticas (Tapasya) cuyo fin es acceder a estados elevados de conciencia. No obstante, por poco conoce la muerte dada su radical determinación, y entonces modera su práctica eligiendo lo que se conoce como madhyama pratipad o el camino del medio, evitando así la auto mortificación pero manteniendo un rigor impoluto.

Su búsqueda incesante por hallar una cura al sufrimiento lo lleva un día a tomar la determinación de sentarse bajo un árbol, y a no moverse de allí hasta no haber encontrado la Liberación. Progresivamente su meditación se hace más profunda mientras los días pasan. Y una noche, cuando la luna llena asciende, él accede al estado de Samadhi. Se dice que allí tuvo percepciones extraordinarias: el recuerdo de sus vidas anteriores, la visión del tránsito de las almas por la rueda de nacimiento y muerte a partir del karma, entre otros. En algunas versiones de la historia se cuenta que fue retado por Mara, un ser que representaba el deseo y que quiso tentarlo para hacerlo desistir, a quien él vence sin un ápice de temor.

Al amanecer, cuando el sol despuntaba el alba, condecorando la victoria de su Ser él se convierte finalmente en el Buda, término que se traduce como “el Despierto” o “el Iluminado”. Tras su liberación se dice que el Buda viajó por la India durante 40 años impartiendo sus enseñanzas y congregando pequeñas comunidades que seguían sus prácticas y que dieron pie a las diferentes corrientes del Budismo. Nunca se consideró a sí mismo como único en su logro de conciencia, pues afirmaba que había habido miles de Budas antes de él y habría miles de Budas posterior a él. Su Mahasamadhi (la liberación final a través de la muerte física) ocurre pasados sus 80 años igualmente en la luna de Wesak. Su cuerpo es cremado y sus cenizas son guardadas y conservadas en domos y Templos hasta el día de hoy.

El Sanatam Dharma y el Budismo

La relación entre la Tradición Védica o Sanatam Dharma y el Budismo es estrecha. Como es evidente, el Buda nació en la sociedad védica y se educó bajo su sistema. Tuvo Maestros y mentores que le confirieron algunas de las prácticas yóguicas que experimentó durante su tránsito. Y finalmente tras su liberación conservó mucho de la Filosofía Védica en su enseñanza, como por ejemplo la idea de la reencarnación, del Dharma o deber espiritual, y la práctica del mantra y la meditación para alcanzar la Liberación (Moksha / Nirvana). En algunas partes de la India se concibe al Budismo como una derivación del Sanatam Dharma; de hecho, se lo entiende como uno de los Darshanas o escuelas filosóficas, en donde también están el Yoga y el Samkhya, entre otras.

Entre algunos puntos a resaltar vemos, por ejemplo, que el Budismo Tibetano emplea mantras en sánscrito, técnicas yóguicas y tántricas, ceremonias de Fuego Sagrado (Yagna), y comparte algunas deidades con el panteón védico tales como la Madre Tara o el mismo Bhairava. El Sanatam Dharma reconoce al Buda como uno de los 10 avatares de Vishnu, considerándolo junto a figuras como Krishna y Rama. Y así mismo, los budistas ven a Sri Rama como un Boddhisatva es decir, como un ser iluminado en asistencia a la humanidad. Esto es una prueba fidedigna de la cercanía de ambas tradiciones y, además, del hecho de que el Budismo tiene sus raíces en el Veda.

Una celebración en Conciencia

Celebrar Buda Jayanti durante la luna de Wesak es honrar a todas las Conciencias que han alcanzado el estado de Moksha o Nirvana. En esta fecha se recomienda meditar sobre las principales virtudes  del Buda, que son básicamente su ser “despierto” o “iluminado”, pero también su perseverancia, su inmedible voluntad y también su amor y compasión por todos los seres. Llamar esas cualidades de forma interna, practicarlas, encarnarlas… así es como podemos hacer el mejor uso de estas fechas auspiciosas para nuestro propio crecimiento en conciencia.

“Sé tú el Buda. Es un estado de reposo muy consciente.

Aprende a elevar tu Ser.

Muestra tan solo lo que eres.

Asimila la luz expuesta,

pero principalmente la que llevas dentro de ti.”

Sri Mataji Shaktiananda.

Centro Latinoamericano de Estudios Védicos – Calendario Védico