El origen de la tradición

Hablar de Ciencias Védicas es hablar del Veda mismo, acto por demás inocuo si no se tiene en cuenta también la tradición viva que resguarda sus enseñanzas. Las Ciencias Védicas son disciplinas de conocimiento derivadas de la sabiduría milenaria contenida en los Vedas, las escrituras más antiguas de este ciclo de la humanidad. La Tradición Védica es el refugio de saberes milenarios como lo pueden ser el Hatha Yoga, la Filosofía Vedanta, la Medicina Ayurveda o la Astrología Védica (Jyotish); ciencias cuyo origen se remonta más de 10,000 años atrás en el tiempo.

Los registros de las escrituras védicas o Shastras, -la literatura puránica y textos como pueden ser los Upanishads, las épicas como el Mahabharata, entre otras-, hablan del auge de esta sabiduría a partir de los Rishis, sabios antiguos que vivieron milenios atrás en la zona noroccidental de lo que actualmente es India, Pakistán y toda la zona de los Himalayas. Varios investigadores han llegado al descubrimiento de que en el Valle del Indo, cerca a Mohenjo Dharo y la zona de Harappa, en donde alguna vez existió el legendario río Saraswati, se asentó una civilización cuya cultura y cosmovisión espiritual fue el Veda mismo.

Tradicionalmente se dice que el Veda como conocimiento fue revelación de los Sabios, quienes impartieron su enseñanza mediante tradición oral, hasta que algunos siglos después sería Rishi Veda Vyasa quien compilara el Veda en los cuatro libros conocidos como Rig, Sama, Yajur y Atharva vedas. Sus disciplinas, como las que ya hemos nombrado, sumadas a otras tantas en donde también se incluyeron las artes, música, arquitectura, astronomía, matemática, política, entre otras, se fueron definiendo con el paso de los siglos mediante escrituras puntuales, redactadas por sabios o maestros específicos que desarrollaron conocimientos en cada área en particular.

Sin embargo, surge la pregunta: ¿cuál fue el objetivo fundamental del Veda como cuerpo de conocimiento? ¿es posible interpretar la literatura védica como cualquier otra cultura a lo largo y ancho del planeta, o tiene alguna cualidad única en su legado?

Las Ciencias del Ser y del Estar

“Para Ser, hay que Estar.

Para Estar, hay que saber.

Así que toma aliento, recorre tus espacios, conócelos

y asegúrate de saber Estar, para saber Ser”.

Mataji Shaktiananda

Desde una mirada más profunda, donde ciertamente ni la academia ni la ciencia moderna han sabido llegar aún, el propósito fundamental del Veda fue propiciar la Ciencia del Ser. Muchos han sido sus nombres, entre otros: Raja Yoga, Kriya Yoga, o solo Yoga en su concepción más universal. Fundamentada en métodos de Sadhana, práctica espiritual o activaciones conscientes de la energía sutil del cuerpo físico a través de Mantras, Asanas, Pranayamas, Meditación y otros tipos de rituales, la Ciencia del Ser ha sido, es y será la joya, el centro, la quintaesencia de la Tradición Védica. Aunque tenga distintos aspectos y rostros, es la única vía para alcanzar estados de supraconciencia y lograr así lo que las escrituras denominan Moksha, Samadhi o Kaivalya: la Realización del Ser. De allí que otras tradiciones e incluso religiones abrevaran del Veda y de la primordial Ciencia del Ser como medio para proveer prácticas de desarrollo de conciencia en sus propias enseñanzas.

No obstante, los Rishis se dieron cuenta de que para Ser había que saber Estar. Es decir, observaron que para alcanzar la Realización era necesario, por ejemplo, tener un cuerpo físico con una óptima salud, un hogar armonizado con los movimientos de la energía sutil y sus cardinales, y una serie de bondades en el plano material que también debían estar en consonancia con el propósito trascendental, con el fin de que sirvieran al mismo. Es así como existen Ciencias del Ser, como el Yoga mismo, y Ciencias del Estar, como el Vastu Vidya o la ciencia de los espacios, la Medicina Ayurveda, los tratados musicales de Gandharva Vidya, entre otras, conocidas dentro de la Tradición como Upavedas y Vedangas.

Bajo esa cosmovisión es que los Rishis Bharadwaj, Kashyapa y Dhanvantari desarrollaron la medicina Ayurveda, por ejemplo, o los Rishis Goraknath y Gheranda enfatizaron sobre la práctica de Asanas (posturas físicas) que purificarían al cuerpo para convertirlo en un instrumento de conexión trascendental. Es con el propósito de la iluminación que surgieron saberes que contemplan también los aspectos más inmediatos y visibles de nuestra existencia. Todo en sincronía, en alineación perfecta para cumplir con un objetivo cósmico ineludible: la liberación espiritual.

Su historia y su presente

Este milenario legado se compiló no solo en los cuatro libros Veda más reconocidos, sino en un vasto cuerpo de literatura que rebasa por mucho cualquier otro compendio literario proveniente de cultura, religión o filosofía alguna. Solamente la épica del Mahabharata es varias veces más larga que cualquiera de las epopeyas escritas por Homero o Virgilio, la Eneida, la Odisea, la Iliada, etc. El cuerpo total de textos védicos rebasa en extensión, a su vez, la compilación de los manuscritos filosóficos helénicos, griegos e incluso los del Renacimiento.

En su época este saber se impartió en las primeras universidades de la historia, las cuales se ubicaron en la zona noroccidental de lo que hoy es India, en el actual Pakistán y las faldas de los Himalayas en el subcontinente Indio. Allí se destacan nombres como Nalanda o Takshashila: los centros desde donde se enseñaba la milenaria sabiduría del Veda, las ciencias del Ser y del Estar. Y justamente ese es el origen de la concepción de la Universidad, a partir de la universalidad del conocimiento mismo o lo que en sánscrito se conoce como Vishwa Vidya (Vishwa= Universo, Vydia=Conocimiento), el cual derivó en la noción de Universitas del latín. Este es solo uno de cientos de ejemplos sobre cómo gran parte de la civilización occidental tiene sus raíces en la Tradición Védica y en el antiguo legado de la India y los Himalayas.

Si bien hoy en día no existe una comprensión colectiva precisa sobre el Veda como conocimiento o como tradición, puesto que se ha malinterpretado el legado de la India debido a malas traducciones y proyecciones erróneas de su cultura, hoy por hoy vemos un creciente entendimiento y difusión sobre las Ciencias Védicas. Sin entrar a analizar o juzgar sus detalles, es evidente a todas luces la alta popularidad que el Yoga como disciplina física detenta, aunque se transmita solo una pequeña parte del contenido total del Raja Yoga original. La medicina Ayurveda, por ejemplo, es la medicina oficial de la India, uno de los países más grandes y poblados del mundo. Esto se suma al hecho de que en varios lugares de Europa y Estados Unidos ya ha habido un trabajo significativo por validar Ayurveda como una forma de medicina legal. Cierta música de la India, el Kirtan o canto de Mantras, cercano a los tipos musicales como Hindustani y Carnatic, se hace cada vez más audible en plataformas colectivas, y podemos decir en suma, sin lugar a dudas, que aunque toda esa proliferación de conocimiento tenga sus vicios e incoherencias frente a su propio origen, existe un resurgimiento de este saber hoy por hoy.

Hace falta explorar el origen, descubrir la raíz del Veda, indagar en las verdades que los Sabios supieron decantar para beneficio de la humanidad sobre las bases del Sanatam Dharma, la Ley Eterna, más allá de cualquier religiosidad o compresión menor. Solo así el Veda podrá apreciarse en su totalidad y en su justa dimensión. Sin tener esto presente solo seguiremos, como hace buena parte del mundo, desconociendo la fuente de quien nos ha enseñado a vivir como humanidad, y por ende desaprovechando una enorme oportunidad de aprendizaje y de crecimiento en conciencia.

Centro Latinoamericano de Estudios Védicos – Área de Vedanta, estudio del Código Védico