“Que cada respiro juegue en ti,
que haga la sublime y bendita tarea
de proporcionarte lo que eres,
con la suficiente devoción hacia ti.Respira de manera sosegada, libre,
Mataji Shaktiananda
considerándote y sabiendo
tu intención de conexión.”
El sabio:
Cuentan las crónicas que en los tiempos védicos existió un sabio de elevadísima vibración que iluminaba los bosques por los que caminaba, y cuya entrada en las aldeas y pueblos de la época se veía marcada por resonancias, eventos, y sincronismos que ratificaban su Divinidad de una manera indiscutible. Cargando sus dos instrumentos musicales predilectos, la vina y el karthal, el Rishi Narada impartía enseñanzas a las almas sedientas de conocer el nuevo código para la humanidad consciente que entonces emergía, conocido como el Veda.
Su carácter variaba rápidamente desde imponente y radiante, hacia una atmósfera juguetona y traviesa que muchas veces generaba conflictos incluso entre los Devas y los Asuras, y les instaba a revisar su conocimiento y sus acciones. Estos constantes intercambios llevan a Narada a aparecer en un sinnúmero de historias, haciéndolo uno de los Rishis más conocidos de la época védica.
Su iluminación y su legado:
La historia de su iluminación es épica en todo sentido. Después de una gran travesía cósmica recorriendo miríadas de planos celestes, Narada logra alcanzar una esfera divina donde obtiene la visión de Dios en su estado más absoluto, con una notoria salvedad. Durante el encuentro, la Conciencia Divina le dice a Narada que no se volverá a presentar ante él de esta misma manera hasta después de que el sabio experimentara su muerte física. Esto marca un hito en la vida del Rishi, dejándole con una tribulación que marcará el resto de su vida.
Así, Narada desciende de las esferas más elevadas y resume su vida con un anhelo de volver a ver el rostro de Dios. Este intenso sentimiento lo lleva a explorar las condiciones humanas de agonía y aflicción que vivimos al no estar sumergidos en el Cuerpo del Señor. Sus constantes prácticas, y la disciplina de su mente, siempre puesta en lo divino, lo llevan a cantar y escribir tratados excelsos sobre el amor, la fe, la sabiduría, las estrellas y demás, que han perdurado a lo largo de miles de años y han inspirado a multitudes de almas a encontrar el corazón del Cosmos. Para contextualizar, dos de los tantos Rishis que fueron directamente influenciados por Narada fueron el mismo Veda Vyasa (compilador de los Vedas) y su discípulo Jaimini.
En el presente escrito destacamos un tratado extremadamente especial escrito por el santo Narada: los Bhakti Sutras, o “El Tratado de la Devoción”. Después de sobrellevar profundos cuestionamientos sobre la condición humana y su propósito nato de sumergirse en la Divinidad, el sabio produjo este tesoro para la humanidad. Este, por los últimos miles de años, se ha erigido como un pilar de comprensión de la actitud que debe tener el aspirante para eventualmente alcanzar la Devoción Real hacia el Señor.

Los Bhakti Sutras:
La palabra “Sutras” refiere a aforismos, frases aparentemente sueltas que se entretejen como hilos que constituyen una energía, un espacio, un código de acceso a las esferas divinas. En cuanto a “Bhakti”, aunque la traducción más aceptada es devoción, algunos consideran que su etimología refiere “la intención de hacer parte de”. En la práctica, estos dos significados son eventualmente lo mismo, puesto que el devoto real solo anhela fundirse en El Uno, ser parte de Dios.
Así que Narada Rishi, desde su propia experiencia y la pureza de su corazón, escribió 84 aforismos que construyen la totalidad de los Bhakti Sutras, un tratado entregable a cualquier alma deseosa de Luz y de conocer su propia condición de devota. Nosotros, en una osadía cósmica, nos atrevemos a iniciar una anotación sobre esta gema del Veda, tan sólo con la intención de motivar al lector a ponderar, cuestionar, meditar, y experimentar sobre lo escrito, y en el mejor caso, a continuar el estudio de esta joya adorada por los más grandes devotos.
El comentario:
Sentimos que la forma más adecuada de iniciar una exégesis sobre los Bhakti Sutras es empezando por el primer aforismo, que expresa lo siguiente:
SUTRA 1
Athatho Bhaktim Vyakhyasyaamah
“Ahora comentaremos sobre la devoción”
Athatho: Ahora
Bhaktim: Devoción
Vyakhyasyaamah: Comentaremos puntualmente
Con el tiempo, el estudiante notará que algunos de los grandes tratados ancestrales inician con ese contundente código sánscrito, “Atha”, que propone al lector que “ahora” está listo para entrar en el universo creado por este escrito. Es decir, el aspirante finalmente se encuentra preparado para recibir instrucción sobre el tema. Es solo en este momento que el tratado empieza su proceso de revelación hacia el postulante.
De manera general, “Vyakhyasyaamah” alude a la acción de comentar con cierto nivel de compromiso, responsabilidad y admiración por el asunto a tratar.
Es así como el Sabio Narada le dice a las almas que leerán este texto durante los siguientes miles de años, que el Señor le ha entregado esta información dada su constante búsqueda por Él; dadas su experiencias, sus austeridades y la pureza de su alma.
De esta forma el aspirante debe acercarse a los siguientes 83 Sutras con extremada claridad de propósito, paciencia, humildad, aplomo, y permitiéndose digerir la información en cada uno de ellos a través de horas y horas de meditación en cada palabra. No debe haber afán de concluir su lectura en pocos minutos considerando que la información ya ha sido toda integrada, porque falsa sería esa conclusión.
El aspirante debe comprender que está sentado en las orillas de un nuevo océano de experiencia y sabiduría, desde donde inicia lentamente un proceso de despojo de sus ropas (programas kármicos de detracción y apego), previo a iniciar sus pasos, que quedarán marcados en las arenas que llevan hacia las aguas infinitas de la devoción.
El proceso de inmersión en estas aguas será entonces guiado por Dios mismo, los Rishis y seres que han llevado a cabo este proceso exitosamente y, por supuesto, por el Gurú. Sólo hasta que el estudiante comprende estos principios, el tratado se manifestará en su esencia más pura en la conciencia de quien le recibe.
Procedemos ahora al segundo Sutra:

SUTRA 2
Sa tvasmin parama prema rupaa
“Eso (la devoción), es amor intenso por Dios”
Sa: Eso
Tvasmin: Dios en una forma neutra —conciencia divina—.
Parama: Supremo, de la más alta vibración. Intenso.
Prema: Amor
Rupaa: Con la forma de.
Este Sutra, desde la humilde postura de quien escribe este artículo, es uno de los más importantes para nuestra humanidad. Es un código que inicialmente parece delatarse con absoluta claridad, casi al punto de no requerir explicación. Sin embargo, su meditación constante revela un sinfín de matices y energías para explorar, sentir y experimentar.
En una primera mirada al Sutra obtenemos una definición clara de lo que devoción es: es amar intensamente a Dios. Sin embargo, sabemos que en la indagación profunda sobre esta reflexión yace la belleza.
¿Qué es amar intensamente a Dios?
¿Cómo se expresa ese amor?
¿Cuál es la calidad de mi amor?
¿Me permito amar profunda e intensamente?
La respuesta inicial puede ser positiva, pero sabemos que hay limitantes. Parecería que nuestros tiempos están marcados por una forma de amar débil, encuadrada en el verbo fugaz, en acciones endebles, en una mente fluctuante que poco sabe lo que quiere, poco se enfoca en ello, y poco lo consigue.
Aquí la palabra “parama” evoca la cualidad correcta que el alma debe tomar para evolucionar. Parama alude a “lo más elevado”, por lo tanto la clave está aquí. Sólo si el practicante permite que su llama interna arda de la forma más potente, puede empezar a moldear su estructura hacia la devoción.
Este es uno de los códigos esenciales para la evolución expedita del alma, así revelando las siguientes acciones:
– El practicante debe pensar constantemente en La Divinidad.
– Cada instante, cada segundo su mente debe estar enfocada en Dios.
– Debe consagrar cada una de sus acciones al Señor del Universo.
– Debe ver en cada persona, en cada objeto, en cada animal, en cada planta, en cada suceso, al Creador.
– Debe comprender que cada pensamiento que no es sobre Él, es un pensamiento perdido.
– Sólo así, el aspirante empieza a convertirse en un devoto que aleja todo lo que no es de sí, para integrarse a lo único que Es.
Pero ahora comprenderemos que no sólo se trata de esto. Cada una de esas acciones y su naturaleza de ese pensamiento en la Consciencia Divina debe ser intenso, ferviente, fulgurante. Debe existir un vehemente anhelo de fusión. Cuando el postulante se sienta en postura de conexión para ejercer el acto meditativo debe haber un grito interno que busca llamar a la Divinidad y recordarle que esta alma no es nada sin Él, que realmente le necesita, que la intención es absoluta y consciente, y que se postula para ser escuchado. Es una súplica cósmica de la más alta naturaleza.
Tan solo así podrá el alma empezar a disolver las capas del ego que le mantienen sobre la ilusión, sin lograr saltar al abismo perfecto de la entrega real a la Divinidad.
Así que amado lector, que cada vez que medites el grito de tu alma por alcanzar la Divinidad se escuche en los confines de este universo. Tú lo necesitas. Nuestro planeta lo necesita. El sistema solar lo necesita. La galaxia por igual. Ese es el plan. La gran fusión cósmica ocurre a través de la llama fulgurante de la devoción. Clama por que la Madre Divina se presente ante ti.
Con este corto relato iniciamos nuestro estudio de este diamante de la humanidad: los Bhakti Sutras. En siguientes ocasiones en este Blog Samkhya profundizaremos sobre otras de sus 84 potentes frases, así compartiendo con nuestros apreciados lectores el gozo, la dicha, la inspiración, y el impulso que este sagrado tratado ha generado en nosotros.
Despidiéndonos de la forma más respetuosa honramos a todo ser humano que ha sabido trascender los constantes distractores de la Maya, para así activar su verdadero cuerpo fotónico a través de la devoción. Nuestra Gurudeva, Mataji Shaktiananda es un claro ejemplo de dicho logro, y por supuesto también el sabio Narada, quien después de miles de años aún aporta crucial luz a este preciado planeta.
Jay Mataji Shaktiananda
Jay Narada Rishi
Swami Tryambakananda – Santiago Fonseca
Centro Latinoamericano de Estudios Védicos – CLEV EVD
Gracias Gracias Gracias. por Compartir Seres Amados
Gracias Gracias Gracias. por Compartir Seres Amados És Gratificante ver que Hay Seres en Disponibilidad de transmitir lo Esencial para Todos se in Distingos… Namashte
Amados hermanos profundamente agradecida de estar con uds. Y recibir tan valiosos conocimientos que nos comparten.
Gracias
Om namaha shivaya om
Gracias
Si sería maravilloso nos compartieran todos estos sutras.
Cada uno en esta forma para profundizar en meditación esta valiosa joya para nuestro Ser
ONS
Agradezco con todo mi amor la oprtunidad de poder crecer espiritualmente y encontrarnos con la esencia divina
Comentario *
Amei esta iniciativa meditar em cada sutra. Percebo logo nestes dois, que o caminho para mim será muito longo. Jay maa.
ONS
Bellísimo e iluminador texto!! Infinitas gracias Swami por traducir de manera tan explícita el contenido de estos sutras. Que la Luz eterna y de Shaktima nos siga guiando. Gloria a la Luz! Gloria a la Shakti!
Om Namaha Shivaya!
Gracias por compartir esta hermosa sabiduría!
Por favor, siga compartiendo los Sutras restantes, nos llenan de amor y devoción!
Gracias Gracias Gracias
Muchas gracias por compartir tan sagrada lectura. Es muy importante para mi seguir aprendiendo sobre Sutras.. Gracias totales!