« Blog Samkhya

Shani Jayanti, el nacimiento de Saturno

18 mayo, 2025

Hace millones de años

Esta historia tiene lugar millones de años atrás, cuando nuestro sistema solar aún era extremadamente joven.  La raza humana aún no había nacido, aunque el plan para su existencia ya estaba trazado. En ese entonces las energías predominantes eran primigenias, arcaicas, fundacionales. Las conciencias regentes se encontraban explorando la mejor forma de constituir las leyes que eventualmente determinarían la experiencia de las miríadas de almas que poblarían esta preciosa parcela cósmica.

Al centro de esta aventura se encontraba Surya Deva, nuestro Sol, quien había sido asignado por Shiva Mahadeva, el gran regente del Universo, para ser el gran receptor de Información Divina con el fin de emanarla a todo el sistema. A su lado, su consorte, Sanja, con una cualidad femenina formidable, necesaria en esos momentos para darle soporte y contención a su señor Surya. Sanja era la hija de Vishvakarma, el Arquitecto Divino, encomendado a apoyar la construcción de este experimento en esta zona de la galaxia.

La pareja real era extremadamente eminente, y poseía las cualidades indispensables para esta etapa del plan. Surya atendía su labor con dedicación y Sanja cuidaba de los tres hijos que tenían: Yama, Yami y Vaivasvata Manu (aquel que eventualmente se convertiría en el progenitor de la raza humana).

El vaticinio de la justicia

Los eones pasaban en franca exploración del reinado adecuado. Muchas otras conciencias estaban presentes, buscando establecerse y tomar porciones y responsabilidades de los planos asignados. La tensión entre la luz y oscuridad era necesaria, pero inminente, generando pugnas poderosas entre los Devas (las energías que buscaban establecer el Dharma, la Ley divina) y los Asuras (las energías que buscaban negar el Dharma).

Sin embargo, nuestro atesorado latifundio vivía batallas extremas que cada vez se intensificaban más y producían retraso y confusión en el adelanto de este experimento. La disputa llegó a generar tal conmoción, que Shiva Mahadeva, regente del Universo, decidió expresarse, vaticinando que entregaría a este sistema solar una energía de inconmensurable capacidad capaz de brindar justicia y alineación cósmica sobre todas las acciones de los seres. Una fuerza tal, que dotaría a este experimento de cualidades únicas. Este evento, tal como todas las pronunciaciones del Creador, resonó en todos los planos, y generó una atmósfera de intriga y simultáneamente de esperanza en lo que vendría para este sector del cosmos.

Seguir la tradición

Desde tiempo inmemorial, el calendario védico guarda esta fecha como un tesoro insospechado en el que muchos practican, pero quizás sin comprender del todo su profundidad. Es un momento único para establecer nuevas metas e intenciones, reafirmando el propósito del alma. La posición de la Luna y del Sol permiten reforzar el ímpetu evolutivo. Surya renueva su Luz y Chandra gana estabilidad, por lo tanto es el momento para establecer un firme Sankalpa, que será nutrido por esta aspectación benéfica. Por ende, también se sugiere la realización de un manifiesto de tu Ser, de propósitos y de alcances definitivos para tu conciencia.

Adicional a lo anterior, se considera que este día es bendecido por Laksmi, quien ofrece su bondad a quienes saben llamarla con amor y devoción. El sadhana o práctica espiritual a esta forma de la Madre Divina es propicio en esta fecha. El sadhana con la fuerza Vishnu también es auspicioso. 

La tradición cuenta también que comprar piezas de oro y plata en Akshaya Tritiya entrega prosperidad y buena fortuna. La adquisición de bienes de cualquier tipo, bajo este portal, también resultará en prosperidad. En consonancia, el acto de realizar una donación en este día, sin esperar nada cambio, desde la bondad de entregar a quien verdaderamente lo necesite, resultará en bendiciones y asentamiento de la Luz.

La incontenible radiación de Surya

Las tensiones de ley continuaron durante miles de años, y la proclama por cambios y resoluciones no encontraba cabida. Pese a la situación, Surya Deva exhibía cada vez más irradiación de luz, producto de la exploración de su propio Ser. La fortaleza que ganaba al soportar los embates del puesto contrario crecía, y cuando alguien entraba en su cercanía él entregaba una cantidad fulgurante de energía muy difícil de contener. Fue tal su expansión de campo, que llegó un momento en el que Sanja, su propia consorte, empezó a sentir que el calor de su Divino Esposo era demasiado, incluso para ella.

Sanja conocía muy bien sus responsabilidades de soporte y contención al rey, y su imposibilidad de tolerar esta intensidad lumínica estaba generando un desbordamiento energético que no era saludable. Ante esto, y después de milenios de revisión, concluyó que debía tomar una decisión radical que probablemente jamás imaginó que iba a determinar nuestro futuro de una manera tan profunda.

Durante una salida a batalla de Surya, Sanja aprovecha el espacio y construye una nueva forma de sí que nacía desde su propia sombra. El resultado: Chaya, una energía que sí podría resistir la pujanza del Sol y que lograría actuar como “consorte divina” mientras que Sanja hacía las austeridades necesarias para ser capaz de soportar a su marido de nuevo.

Sanja entonces dejó a Chaya encargada de la Familia Divina, y no contándole nada a Surya, se escabulló del imperio para encontrar un lugar de solitud, y así lograr lo que se había propuesto.

La energía de la sombra

La creación de Sanja funcionó muy bien. Aunque Chaya significa sombra en sánscrito, su apariencia era prácticamente igual a la de su creadora. Esto hacía que cualquier diferencia fuera indistinguible incluso para nuestro Astro Rey, que jamás notó que quien ahora le atendía era otra fuerza.

Chaya tenía conocimiento pleno de la situación puesto que Sanja le había explicado todo previo a su partida, y esto le generaba dificultades constantes que lograba maniobrar con mucha dificultad.

Ahora una nueva realidad afloraba, puesto que Surya, gratamente sorprendido, observaba que su Amada Esposa era capaz de soportar su calor de nuevo.  Así que con el pasar del tiempo Surya y Chaya encontraron una atmósfera de unión renovada y concibieron otro hijo.

La llegada

El momento esperado finalmente llegó, y Chaya parió al anticipado hijo. Surya, en su calidad de padre acudió inmediatamente a ver al recién nacido, y para su sorpresa se encuentra con un niño carente de resplandor. Sorprendido, le observa con sospecha, y al mirarle a sus ojos siente algo que jamás había sentido: una especie de eclipsamiento, un decaimiento energético, una amenaza, y el pronunciamiento de una fuerza desconocida hasta ese momento.

Así, el regente asignado de nuestro sistema solar se encuentra con la duda y la negación ante este neonato, y decide no darle nombre, incluso rechazándolo. Chaya, desolada ante la decisión del rey, busca sosiego en la meditación y absorción divina, y eventualmente, una noche escucha del mismo Shiva Mahadeva el nombre de la criatura: Shani, “aquel que es lento”.  Ella inmediatamente entiende que su nombre es una confirmación de la forma en la cual esta nueva energía va a operar en este plano: lentamente. Una cualidad inexorable de Shani (Saturno) es activar lentamente los karmas, hasta que toda justicia divina se aplique.

Tensiones en el reino

A medida que Shani crecía, las tensiones en la Familia Divina ganaban potencia. Surya rechazaba la potente energía de Saturno, y esto causaba conflictos internos importantes.

Por su parte Shani sentía que su nacimiento había traído infamia a su Padre y Madre; además sabía que su Padre sospechaba de él y le negaba; se sentía aislado y tratado diferentemente a sus hermanos; y por último, percibía que su Madre le escondía algo.

Chaya escondía su verdadera naturaleza y por lo tanto el paradero de su forma lumínica: Sanja. Además, inevitablemente expresaba más afecto por Shani que por los otros hijos reales, y esto les afectaba, especialmente a Yama, que se sentía ofendido.

Una señal de guerra

De Yama hemos hablado poco, pero es innegable que es una fuerza extremadamente potente al ser hijo directo de Surya Deva y de Sanja. Cósmicamente había sido asignado una tarea importante, como el programa que gobierna la muerte en este sistema, es decir, los tránsitos de un plano a otro de existencia.

A medida que Yama crecía, observaba la indiferencia y maltrato por parte de Chaya hacia él. Un día, cansado de la situación, se presenta ante ella y levanta su pie, una señal de guerra en aquellos tiempos. Para este momento, Chaya ya se encontraba extremadamente extenuada de la situación que le requería ocultar su verdadera identidad, así que reacciona erráticamente y envía una maldición sobre Yama, haciendo que sus piernas se empezaran a podrir.

Intercede el Rey

Surya, atendiendo sus responsabilidades, se había mantenido aislado de lo que se gestaba en su propio hogar. Sin embargo, al sentir que algo había pasado con Yama acudió al lugar de los hechos. Al ver la desastrosa situación, redujo la energía de la maldición sobre Yama.

Una vez solventada esa situación, se volteó ante Chaya y le exigió una explicación, ante lo que Chaya no tuvo otra opción que contarle la verdadera historia de su creación y el paradero de Sanja. Esto generó una gran liberación en Surya, quien comprendía ahora la razón de su duda acerca de Shani. No obstante, Shani aún se mantenía en un estado de tribulación y decidió hacer austeridades en devoción al Señor Shiva para liberarse de toda discordancia interna.

Consagración a Graha

Shiva Mahadeva, complacido con las austeridades de Shani, considera que la energía destinada a este sistema solar ha alcanzado el estado necesario, y le eleva cósmicamente a la cualidad de Graha (aquél que “agarra”, una palabra con la que se nombra a los planetas). Este status ahora le da la posibilidad a Saturno de efectuar justicia sobre todas las almas del sistema solar, así cumpliendo con el vaticinio entregado millones de años atrás.

Es así que Shani Dev se convierte en la energía inmanente en este predio cósmico que activa en las almas los resultados de sus acciones más complejas, con el propósito de que eventualmente estas se alineen a la Verdad Última.

La bendición de Shani

La historia del nacimiento de Saturno, conocido como Shani Jayanti, es una de las grandes gemas de la humanidad. Revela, de una manera preciosa, uno de los puntos que hacen a este sistema solar algo único: una fuerza de justicia insuflada desde el Creador mismo, que hoy sabemos no existe en todos los parajes cósmicos, haciendo de este espacio un lugar de destino deseado por muchas almas que buscan forjarse a la irradiación de los nueve planetas.

Venir aquí, en busca de trascender incluso la fuerza Saturnina es una solicitud de nuestro Ser. Así que cuando observemos lo cruda, avasallante (y por momentos aparentemente incomprensible) que es la experiencia en este plano, queda recordar la belleza incluso de esa experimentación. Si la Realización del alma fuese sencilla, y no hubiese un gran obturador de karma como el que tenemos aquí, la llegada al otro lado de la orilla sería casi que insulso, no meritorio, una desilusión.

Shani da forma y consistencia al recorrido, y nos lleva por parajes complejos, muy arraigados en el arquetipo humano. La historia de su nacimiento y lo que él vive tan solo narra nuestra realidad cósmica como raza humana: una sensación de abandono del Padre Creador, la idea de que nuestra Madre Universal nos oculta algo, aislamiento de las otras almas (Hermanos) que lleva a la soledad cósmica, y la aparente imposibilidad de encontrar la salida. Por esta razón, se entiende que trascender a Saturno es liberarse de todas estas programaciones erróneas implantadas en los anaqueles más profundos del inconsciente.

La celebración

De acuerdo al calendario védico conocido como Amavasyant, el Shani Jayanti se honra anualmente durante el Tithi Amavasya (luna nueva) en el mes de Vaishaka. Durante este día instamos a que quienes leen este escrito se motiven a meditar sobre esa fuerza potente, lo que expresa, y su capacidad de traernos de nuevo al camino de la Verdad. Contemplar e integrar las cualidades de Saturno en nosotros y en el universo y la vida que nos circunda es una excelente forma de vivir este singular día, este portal cósmico que nos recuerda eso: la rectitud, la rigurosidad sin complacencia y, ante todo, la verdad que sólo nuestros hechos pueden demostrar.

Bibliografía:

-Shani Mahatmya

-Shani:https://www.youtube.com/watch?v=T45MfGWwZ2g&list=PLk4RP_Bqa11IFf7DDYVkPcr3pcSYtgfhf&ab_channel=ColorsTV 

– Puranas, escrituras védicas heróicas y narrativa divina.

– Enseñanzas de Sri Mataji Shaktiananda y el Mahavatar Babaji.

Centro Latinoamericano de Estudios Védicos

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Nuestras Recomendaciones:

Síguenos:

[et_social_follow icon_style="slide" icon_shape="circle" icons_location="left" col_number="auto" counts="true" counts_num="12" custom_colors="true" bg_color="#8eb08d" bg_color_hover="#2d3d3d" icon_color="#f7f3c4" icon_color_hover="#f7f3c4" outer_color="dark" network_names="true"]