“En el interior del cuerpo tiene su morada el monte Meru.

al que circundan 7 islas, además de lagos, colinas, praderas,

cada cual con la deidad que lo preside. 

Allí también tienen su morada los Rishis, los Munis

 y todas las estrellas y planetas,

 así como los santos lugares de peregrinación y los Templos,

 con los Dioses que residen en ellos.

En este cuerpo humano vagan el Sol y la Luna,

 y se encuentran asimismo los 5 elementos.

 En este cuerpo, modelado conforme al Universo,

 cada uno de estos objetos tiene su propio sitio.”

Shiva Samhita

El Sadhana y lo invisible

Dentro del ámbito del Yoga y las Ciencias Védicas, el concepto de sadhana es esencial, pues refiere a la puesta en práctica de la filosofía y las técnicas concretas del Yoga; o, mejor dicho, de cualquiera de los distintos yogas o “yoga margas” que existen, los cuales fueron expuestos en un artículo anterior del Blog Samkhya. Sadhana es la práctica espiritual, la cual puede tener diferentes expresiones según la línea yóguica que se siga en cada caso, sea en cuestión de diferentes asanas, mantras, pranayamas o formas de meditación y ritual, entre otras posibilidades. Lo que sí podemos afirmar es el hecho de que el sankalpa (propósito) de los sadhanas más puros provenientes de la Tradición Védica y sus distintos senderos, tiene que ver con disolver karmas negativos y así avanzar hacia el alcance de estados más elevados de conciencia.

Un sadhana de este tipo necesariamente responde a la estructura sutil y energética del continuum cuerpo-mente-conciencia humano. El Yoga es considerado un sistema perfecto de activación de nuestro potencial por la fundamental razón de que comprende nuestra estructura visible e invisible. En otras palabras, estas disciplinas yóguicas son capaces de modular nuestros campos de energía porque sus metodologías se basan en una comprensión amplia de los elementos de la red invisible del cuerpo. Como bien pudieron ver los adeptos tántricos o Siddhas, quienes consignaron en sus tratados la descripción del cuerpo energético en varios niveles, además de una fisiología física también tenemos un cuerpo sutil: chakras (vórtices de energía), nadis (canales energéticos), y puntos marma: una red aún más extensa de 108 chakras, que es donde se conectan los cuerpos sutiles con el cuerpo físico. Las prácticas yóguicas del asana (postura), el mudra (gestos específicos con las manos u otras partes del cuerpo) y los bandhas (sellos corporales), entre otros, funcionan porque activan y purifican esta red invisible de formas específicas, y así permiten el libre flujo de la energía, lo cual conduce a la armonización de la mente y la evolución de la conciencia.

Vale la pena aclarar que si algo distingue al Tantra de los demás vidyas o disciplinas, es justamente su comprensión del cuerpo sutil y las formas de activarlo incluso mediante el mantra. Es realmente en las referencias tántricas de donde se nutren las prácticas yóguicas asociadas a la shakti kundalini, la energía de ascensión que mora en la base de la columna, concepto que no aparece en el resto de la literatura védica sino exclusivamente en los Agamas (escrituras) tantrikas y sus derivados. Parte de la cosmovisión tántrica del universo es la noción del cuerpo humano como una realidad cósmica habitada y atravesada por fuerzas divinas, deidades y dimensiones tanto celestiales como terrenales, tal y como lo demuestra la cita del Shiva Samhita que abre el presente artículo.

Chakras, marmas y nadis

Los chakras (en sánscrito “ruedas de energía”) son puntos de alta confluencia energética en el cuerpo físico ubicados sobre la linealidad de la columna vertebral. Estos se asocian a su vez con diferentes frecuencias vibratorias, como si fueran notas musicales de un instrumento que van en aumento progresivamente hasta encontrarse con la vibración más elevada para el ser humano, la omniabarcante sílaba Om, en “el loto de los mil pétalos” o sahasrara chakra, encima de la corona de la cabeza. Dentro del conocimiento popular se conoce que existen 7 chakras. Sin embargo, en lecturas más profundas asociadas a conocimientos iniciáticos vemos una descripción de un sistema de 8 o incluso 12 chakras. El estudio de estos centros es fascinante por cuanto se detallan las correspondencias existentes con los antarikshas o elementos naturales y los lokas o planos dimensionales, notas musicales, colores, planetas, etc… asociados a cada rueda de energía.

Ahora bien, el marma vidya: el conocimiento de los puntos marma, es una temática bastante conocida en la medicina Ayurveda. Allí se dice que existen 108 vórtices de energía en la superficie del cuerpo, en los cuales los cuerpos sutiles se interconectan con el cuerpo físico. Esos 108 puntos, entre los cuales también se encuentran los chakras clásicos del yoga (desde muladhara hasta sahasrara), son usados terapéuticamente con el fin de desbloquear la energía del sistema cuerpo-mente-conciencia, trabajar con tridosha o las bioenergías esenciales, y asimismo poder conducir el prana a los puntos en donde más se necesita. Por supuesto, este conocimiento es precursor de prácticas como la acupuntura china, en donde esas mismas redes de energía son trabajadas de formas puntuales.

Los nadis, a su vez, son parte de esa estructura sutil y se conocen, como las venas del cuerpo, por llevar el flujo de la energía alrededor, nutriendo de vitalidad la totalidad del sistema humano. Por referencias yóguicas y tántricas se sabe que existen 72,000 nadis en el cuerpo, dentro de los cuales 14 de ellos son más significativos. A su vez, de esos 14 nadis principales, encontramos los 3 fundamentales: canal Sushumna o Brahmarandra (el canal central de la columna vertebral), el Surya Nadi o Pingala Nadi (canal solar) ubicado en el hemisferio derecho y el Chandra Nadi o Ida Nadi (canal lunar) ubicado en el hemisferio izquierdo.

El cuerpo energético según las Ciencias Védicas

El ver los cruces entre ciencias védicas hermanas siempre será algo fascinante. En este caso, el entendimiento de Ayurveda se entrecruza con el del Yoga y su comprensión tántrica-energética del cuerpo, y vemos así como la práctica de asanas o posturas del Hatha Yoga clásico activa nadis, marmas y chakras específicos. Por eso toda postura de torsión, inversión, equilibrio, o cualquier otra, puede llevar presión y por ende activación a esas zonas para generar un efecto particular sobre el sistema del practicante. Esa misma dinámica es tenida en cuenta de cierta forma por algunas artes marciales (como el Taekwondo, el Karate, entre otros). 

Sin embargo, no solo el asana trabaja con el sistema etérico. A su vez, los bandhas también lo hacen. Algunos ejemplos son los bandhas conocidos como: jalandhara, udiyana y mula, que son cierres energéticos para la garganta, la boca del estómago y el perineo respectivamente, impactando sobre los chakras de cada zona y reteniendo así el flujo energético descendente de la kundalini con el fin de invertirlo verticalmente, orientándola hacia los chakras superiores. Así mismo el kechari mudra, por ejemplo, tiende un puente entre los chakras inferiores y el chakra ajna mediante la lengua ubicada en la zona blanda del paladar. U otros mudras más simples, como el gyana mudra clásico que se usa para meditar, son capaces de modular la mente, así como otros similares pueden controlar aspectos más concretos asociados a planetas o deidades específicas, por ejemplo. En prácticas más avanzadas se usan mantras tántricos, como los bija mantras o mantras semillas, para instalar cierto tipo de energía en los nadis y chakras, en prácticas conocidas como nyasa.

Ejemplos hay miles pues este es un conocimiento inimaginablemente amplio. No obstante, desde siempre en las formaciones del CLEV se exponen los mudras a implementarse con sus distintos beneficios. Este es un tema de estudio extenso que apenas se introduce en este texto… Por supuesto, se debe reconocer que la gran ciencia completa y total sobre el funcionamiento del sistema sutil es la que se conoce como Kriya Yoga, o mejor, como Shiva Kriya Yoga en el caso de la dispensación dada en estos tiempos por el Mahavatar Babaji a la Madre Shaktiananda, fundadora y guía de la Escuela Valores Divinos y del Centro Latinoamericano de Estudios Védicos (para saber más: www.shivakriyayoga.com

“Entallan hoy un cuerpo que figura

un entendimiento perfecto de lo que es la existencia,

en medio de funciones hermosamente vitales

que deben aprender, cada vez más, a realizar.

Busquen ese equilibrio que vibre en la sensación única

del Universo todo, sintiéndote.

Hazte entonces capaz de sentir más,

y reconócete dentro de ese flujo infinito

 y eterno que te ha creado”.

Sri Mataji Shaktiananda

Centro Latinoamericano de Estudios Védicos – CLEV EVD